Recuerdo tu semilla
tan pequeña e inofensiva,
parece que fue ayer
cuando comenzó a germinar
y empezó a crecer.
Recuerdo tu tallo y tus hojas que salían ante mis ojos,
florecía tu sonrisa mientras te cantaba canciones,
mas tu no entendías razones,
pero seguías mirándome.
Recuerdo cuando oí tu voz tan dulce como la miel,
te miraba a los ojos y me transportaste a otro lado,
me llevaste a tu mundo, mas rico que el dorado.
Nadie se compara a tí, mi niña rockera,
nada puede ocupar tu espacio en mi alma y mi corazón.
Cuando no soporto mi entorno me voy contigo a tu mundo,
ahí solo hay amor, inocencia y calor.
Tu mundo es mi escape, tu risa me alimenta,
tu pequeña manito me da fuerzas,
tus besitos me complementan.
Si ti nada tiene sentido, tu mundo es también el mío.
Tus ojos me recuerdan que tu corazón proviene del mío.
(Dedicado a mi hija U.C.)
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